Padecer dolores en la zona lumbar es algo frecuente en nuestra sociedad y viene determinado por diferentes motivos: trabajos sedentarios, cargas de entrenamiento después de largas jornadas de trabajo, y malas posturas en general. Pero existe otro factor decisivo en la aparición de estos dolores lumbares, que es importante y se ha de prestar atención: “mala biomecánica de la pisada”.
“Quedarse enganchado” nos atemoriza por la gran incapacidad que nos produce, no nos permite desempeñar nuestro trabajo, ni atender las tareas familiares ni practicar deporte. Por ello, cuando sufrimos episodios repetidos, debemos poner solución no sólo al dolor inmediato, sino a la causa que lo produce, ir al origen , para así evitar que se repita.
Tener un exceso de grados de pronación en la fase media de apoyo o de supinación en una fase de contacto de talón prolongada, repercute directamente en como se distribuyen las fuerzas de reacción del suelo a lo largo de nuestras piernas, caderas, pelvis y por el eje central , nuestra columna. Esta, absorberá cada impacto, de cada choque del pie contra el suelo, en cada uno de nuestros pasos y durante años en nuestra vida. Esto es motivo más que suficiente para estudiar y poner remedio a las alteraciones biomecánicas que se originan en el pie y que repercuten directamente en la espalda.
Detectar anomalías en la pisada mediante un estudio biomecánico y plantear la solución con unas plantillas a medida, puede evitar y /o mitigar la aparición y sintomatología de protusiones y hernias discales, contracturas, sacroileítis y rotaciones vertebrales.