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El dolor en la parte interna del tobillo a consecuencia de la disfunción del tibial posterior es causa frecuente de consulta.

El músculo tibial posterior se origina en la tibia y se dirige a la parte interna del tobillo, donde se convierte en tendón. Este pasa recubierto de una vaina para protegerse del roce con el hueso y así evitar su rotura.

Este tendón es muy importante. Cuando estamos de pie y más concretamente, en la fase de apoyo medio de la marcha, en ese momento en el que tenemos todo el peso del cuerpo sobre el pie, este tendón sujeta el arco interno y evita que se derrumbe. Por lo que podemos decir, que absorbe el impacto del pie en el suelo.

El que evite esa caída excesiva o hiperpronación, hace que en los deportes de impacto, tenga que esforzarse mucho y de forma muy continuada. Esto puede derivar en una lesión de este por sobreuso. Aunque no es una lesión aislada de corredores, y puede aparecer en personas que no practican deporte alguno.

Cuando el paciente acude a consulta con dolor de media-larga evolución, normalmente ya se encuentra en un estadío 3 o 4, en el que presenta alguno o varios de los siguiente síntomas y signos:

-Dolor en  cara interna del tobillo.

-Incapacidad para desarrollar actividad deportiva.

-Incapacidad para ponerse de puntillas.

-Rotura parcial del tendón.

-Tenosinovitis.

-Hiperpronación.

El diagnóstico precoz de la afección de este tendón es fundamental para una recuperación exitosa sin secuelas. Se realiza mediante la exploración clínica y ecográfica de un especialista del pie. En la exploración, se estudiara el estado de otras estructuras para descartar patología asociadas y/o hacer diagnóstico diferencial con atrapamientos nerviosos del tibial posterior o fascitis plantares.

El tratamiento pasa en primer lugar por “sostener el pie” para no agravar la lesión e intentar que le tibial posterior trabaje menos. Esto se realiza mediante plantillas ortopédicas a medida.

Plantilla ortopédica para paciente con disfunción del tibial posterior.

Junto con el tratamiento ortopédico, el especialista según el paciente, puede prescribir antiinflmatorios no esteroideos. Y junto con esto medidas rehabilitadoras con el fisioterapeuta.

La electrólisis percutánea ecoguiada es una opción de tratamiento muy válida cuando el tendón está degenerado.

Combinando estos tratamientos , la función del tendón volverá a recuperarse , evitando que el paciente sufra: un pie plano con limitaciones de la movilidad; una inevitable artrosis; dolor continuo; incapacidad severa para realizar deportes de impacto.

 

 

 

 

 

 

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